Dentro de las etapas de maduración de los bebés, se encuentra una de las más temidas por los padres, los berrinches.

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También conocidas como rabietas o pataletas, es un momento de tensión y nerviosismo por parte de los padres y los niños. En esas situaciones perdemos el control, y nuestra forma de actuar y reaccionar con los pequeños pueden empeorar la situación. 

 

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Para evitar que vayan a mayores os dejamos los errores más repetidos por los padres y cómo resolverlos. 

Ceder al berrinche:

Este es uno de los errores más repetidos por los padres. Al ceder a las rabietas le damos a entender que si quiere algo, esa es la forma de conseguirlo, por lo que hay que mantenerse firme con la decisión tomada. 

Imitar el berrinche:

Somos un reflejo de la reacción de nuestros hijos, si respondemos a sus gritos con más gritos, se les creará la falsa ilusión de que esa es la forma correcta de actuar en esas situaciones. La mejor forma de actuar es manteniendo la calma para que ese sea el comportamiento que imite.

Tener miedo al berrinche y a su reacción:

A nadie le gusta que su hijo tenga un berrinche, por lo que es un remedio bastante común que, para evitar el mal rato, se le concedan las peticiones rápidamente. Esa reacción puede correr en nuestra contra en el futuro, pues nuestro hijo aprende que accedemos a esas respuestas y que, cuando no obtenga lo que quiere, su reacción será más dramática de lo debido.

Ignorarlo:

A veces pensamos erróneamente que ignorar el berrinche hará que nuestro pequeño se canse y pare, pero todo lo contrario, para él es un problema importante por lo que ignorarlo hará que sienta que sus problemas no son importantes. Tenemos que hacerle ver que el adulto sabe que está enfadado.

Intentar razonar o dar un sermón en ese momento:

Al igual que pasa con los adultos, no se puede intentar razonar en el momento de la explosión del berrinche, pues uno no piensa de forma racional. Debemos esperar a que se calme un poco para explicarle la situación y razonar al respecto.

Enfadarse con el niño:

Somos conscientes que en ese momento es difícil mantener la calma, pero enfadarse con el pequeño no arreglará nada pues no es consciente de la realidad de la situación. Debemos explicar con firmeza la razón de nuestra decisión.

Esperamos que estos consejos os ayuden a la hora de llevar el berrinche de vuestros hijos.