La diarrea infantil es una inflamación gastrointestinal que se manifiesta en defecaciones más frecuentes, líquidas o más blandas de lo habitual.
Diarrea en niños
Se trata de una afección común en bebés y niños, y, por lo general, mejora en unos pocos días si se sigue el tratamiento apropiado. Dependiendo de la duración, la diarrea puede ser aguda (menos de 2 semanas), prolongada (más de 2 semanas) o crónica (más de 4 semanas).
Principales causas de la diarrea en niños
La causa más frecuente de la diarrea es una infección por rotavirus (para el cual existe una vacuna) u otros virus como el enterovirus o el coxsackievirus, si bien también puede ser producida por bacterias y parásitos.
Otras causas asociadas a la diarrea en niños son las alergias alimentarias, las intolerancias (por ejemplo, a la lactosa) o enfermedades como la celiaquía, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
Puede que la diarrea vaya acompañada de pérdida de apetito, náuseas, vómitos, pérdida de peso, deshidratación, sangrado y fiebre. En estos casos, será necesario consultar al médico, quien puede pedirle una muestra de heces para determinar qué tipo de microorganismos común está provocando la diarrea y le aconsejará y prescribirá el tratamiento adecuado.
Lo más importante a la hora de tratar una diarrea es evitar la deshidratación del niño. Para casos de deshidratación leve, su médico puede recomendar la administración de suero oral, mientras que, si la deshidratación es importante, será necesaria la aplicación de suero por vía intravenosa.
Hidrata a tu bebé en todo momento
Los síntomas de esta dolencia (diarrea, vómitos, fiebre) generan muchas pérdidas de líquidos y pueden derivar en cuadros de deshidratación. Por esa razón, es muy importante hidratar al niño o bebé en todo momento para compensar esas pérdidas. Dependiendo de la edad, se le puede dar suero de rehidratación oral. Si el bebé todavía es lactante, será necesario darle el pecho con mayor frecuencia, cada hora u hora y media, para reponer los nutrientes perdidos. En el caso de que el bebé no tolere los líquidos, principalmente porque los vomite, se deberá consultar al pediatra para evitar que el niño se deshidrate.